lunes, 9 de octubre de 2017

-La salud es un bien, la enfermedad es un mal. Falso. Usar bien de la salud es un bien; usar mal es un  mal; usar bien de la enfermedad es un bien; usar mal es un mal. Se saca bien de todo, de la muerte misma. Meneceo, hijo de Creón, ¿no alcanzó un gran bien cuando se sacrificó por su patria?.

Ni las victorias de los juegos olímpicos, ni las que se alcanzan en las batallas, hacen al hombre feliz. Las únicas que le hacen dichoso, son las que consigue sobre sí mismo. Las tentaciones y pruebas son combates. Has sido vencido una, dos, muchas veces; combate aún. Si llegas al fin a vencer, serás dichoso toda tu vida, como si hubieras vencido siempre.

Si tu imaginación te presenta algunas imágenes voluptuosas, ten cuidado de que sus atractivos y halagos no te desarmen y seduzcan, y piensa que es placer más grande aún la consideración de haberlos vencido.

-Compongo muy bellos y sabrosos diálogos y escribo curiosos libros. Mi amigo, preferiría que me dijeses que dominabas tus pasiones, arreglabas tus deseos y seguías la verdad en tus juicios.

Es desgraciado cuando ha perdido el pudor, la bondad, la justicia, y cuando todos los divinos caracteres que en su alma los dioses han impreso se borran.

Si juzga mal, él solo se perjudica, porque él solo se engaña; así, si alguno tacha de falso un silogismo muy justo y racional, no es el silogismo quien pierde, sino quien se engaña juzgando torcidamente. Si te sirves cuidadosamente de esta regla, soportarás con paciencia todo cuanto malo de ti se diga; porque no dejarás de decir del maldiciente: dice esto, porque buenamente lo cree.

Dices que la confianza y la precaución son incompatibilidades, es un error. Haz recaer la precaución sobre las cosas que dependen de ti y la confianza sobre las que no dependen. Así serás confiado y precavido; porque, evitando con prudencia los verdaderos males, no temerás los falsos con que se te pueda amenazar.

Por una libertad que lo es falsa, los hombres se exponen a los mayores peligros: se arrojan a la mar, se precipitan de las más altas torres. Se han visto ciudades enteras morir abrasadas. Y tú, por una libertad verdadera, segura, ¿no te tomarás trabajo alguno?.

Está firmemente persuadido de que disfruta los verdaderos bienes, mientras que tú no estás aún bastante firme y seguro en tus principios para ver y sentir que toda la felicidad está de tu parte.

Sólo el sabio es capaz de amistad. ¿Cómo puede amar quien confunde el mal con el bien?

En tanto que las mujeres son jóvenes, sus maridos no cesan de elogiar su belleza y de llamarlas queridas y hermosas. Viendo las mujeres que sus maridos no las consideran más que por su belleza corporal, cifran todas sus esperanzas en los adornos. Nada es, por consiguiente, más útil y aun necesario que esforzarse en demostrarlas que se las honrará y respetará en tanto sean prudentes, pudorosas y modestas.

¿Qué puede enseñarte la filosofía? A seguir a los dioses, a arreglar tus deseos y a hacer buen uso de tus opiniones.

Sostiene un secreto comercio con los dioses y anhela despojarse de su vestidura mortal para unirse a ellos en espíritu.